Forever

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lunes, 12 de diciembre de 2011

It Will Rain.- 1

Renesmee tenía un pequeño inconveniente con aquel gran vestido que cubría su delgado cuerpo. Sonrió muy, muy adentro recordando el calbario que habían pasado la noche anterior cuando la tía Alice había tratado de meterla en un vestido que parecía más un pastel que algo de ropa. Se asomó apenas por la ventana y encontró a su padre en la puerta de la casa mientras podía notar desde lejos los nervios que sentía... su madre, estaba a un lado de él y la tía Alice acompañaba del brazo por todos lados al tío Jasper. Suspiró resignada y abrió la puerta, para encontrarse con Rosalie. Sonrió y después abrazó a su tía favorita, tanta falta que le hacía.
-Nessie, estás hermosa -Le susurró mientras le acomodaba un poco el cabello.
-Gracias, lo cierto es que estoy muy nerviosa -Rosalie asintió y después la tomó del brazo, y le dio un ligero empujón hacia las escaleras. Renesmee bajó las mismas en velocidad humana y poco a poco se acercó a la puerta. Su papá la abrió en cuanto se hubo visto frente a ella, y a continuación, ella y Rosalie salieron al mismo tiempo hacia la hermosa recepción que se daba a cabo en la casa de sus abuelos. Sonrió inmensamente en cuanto miró como su abuela la miraba con ojos orgullosos. Aspiró el aire del jardín y a continuación, caminó del lado de Rosalie hasta la mesa donde se encontraban el tío Emmett y sus abuelos, Carlisle y Esme. A continuación, fue el turno de alguien a quien desconocía totalmente de hacer su entrada drámatica. Era un muchacho que iba del brazo de una hermosa joven, si bien no se parecían en nada, lucían hermosos juntos. Renesmee hizo una imagen mental del muchacho y se sonrojó ligeramente al darse cuenta de lo que hacía. Hasta que por fin la última pareja de inmortales atravesó el umbral de aquella hermosa mansión, fue cuando calló en cuenta de que Jacob no había llegado aún a la ceremonia. Miró disimuladamente para todas partes y después suspiró resignada, su papá le dio una mirada desaprovatoria y ella atinó a quedarse quieta. Carlisle hablaba en el micrófono sobre la vida que tenían en aquel hermoso lugar y todos los acontecimientos sucedidos en el año. Los Cullen -por primera vez- celebraban al lado de todos sus amigos más preciados el Año Nuevo, idea sugerida, -más bien berrinche- de Renesmee. La interpelada dio un último vistazo alrededor y luego al bosque, pero nada. Tomó la copa de agua y se hechó un buen sorvo. La garganta le quemaba, y el hecho de que estaba tan nerviosa no ayudaba en nada. Escuchó ser nombrada e instantaneamente se puso de pie, y caminó hasta donde su abuelo, quien le entregó el micrófono, las miradas -todas sin excepción de ninguna- estaban sobre ella. Se pasó un mechón de pelo detrás de la oreja, y a continuación, posó el microfono cerca de sus labios rosados.
-Primero que nada... gracias por acompañarnos en éste día, en el que todos celebramos un año más en compañía de nuestros amigos más cercanos -Jacob cruzó la puerta trasera seguido de Seth y entonces perdió el habla por completo, comenzó a tartamudear y no supo cómo reaccionar ante las dos penetrantes miradas extras de aquellos lobos, en forma humana-. Yo... ha sido... para todos, creo... -Suspiró-. Gracias por acompañarnos y por su amistad -Dejó el micrófono y bajó los escalones a paso pesado para sentarse al lado de su tía quien le sonreía burlona, justo como Emmett. Se hizo bola en su aciento y después miró hacia donde estaba Jacob, quien le sonreía y le hacía señas que sólo ellos entendían. "Te ves mal" fue lo único que pudo entender antes de soltar una leve carcajada que sólo le ayudó a obtener una mirada desaprovatoria de sus tías. Se aclaró la garganta y tomó agua, otra vez.
-Eres buena con eso de los discursos -Aquella voz sólo podía ser de Jacob Black. Giró en sus talones y le sacó la lengua, como una pequeña.
-Me olvidé por completo de todo -Agregó a la defensiva.
-Ya lo creo -Los ojos a Jacob le destellaban, eso era lo que más amaba, hacerla enojar.
-Pretendamos que no pasó nada de eso -Concluyó Renesmee mientras Seth llegaba con una gran sonrisa, a felicitarla.
       Aquella ceremonia fue tan aburrida hasta que porfin se llegó la hora de hacer el brindis...

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